Los árabes dejaron, en sus casi ocho siglos en España, una gran legado arquitectónico y artístico. La civilización árabe era símbolo de gran desarrollo y refinamiento, algo de lo que ahora podemos disfrutar gracias a los numerosos palacios, mezquitas y fortalezas con las que conocemos un poco mejor nuestra historia. La convivencia de cristianos, musulmanes y judíos dejó, sin duda, una huella cultural imborrable en nuestro país.
Sois muchos los que disfrutáis ya de unas merecidas vacaciones de verano, por eso hemos decidido recopilar los mejores monumentos árabes de España para que podíais disfrutar de ellos en esta época de descanso estival.
El sur de la Península es donde se congrega la mayor parte del legado arquitectónico árabe. Granada es una de las paradas indispensables si queremos disfrutar de él, pues en ella se encuentra el referente de la arquitectura y el arte musulmán en España: la Alhambra. La gran belleza de sus salones y patios ha encandilado a miles y miles de visitantes que cada año recorren el recinto, en el que también se encuentra el Generalife, la villa de recreo y descanso de los reyes musulmanes. En ambos destacan los sistemas de canalización de agua, pero también los diseños de las albercas y jardines y, sobre todo, la armonía y delicadeza con la que están construidos todos sus espacios. Granada, en su parte más moderna, alberga también el Cuarto Real de Santo Domingo. No es uno de los monumentos más visitados de la ciudad, pero su hermoso interior con su maravillosa qubba, sus ventanas de rica celosía y sus baldosas de yesería no te dejarán indiferente.
De Granada a Córdoba porque en esta ciudad se encuentra el más impresionante ejemplo de arquitectura árabe de carácter religioso. Sobre una basílica visigótica, los musulmanes construyeron su espacio de culto: la Mezquita. Su bosque de columnas perfectamente alineadas, sus inmensas puertas y su precioso mihrab, que indica la dirección de La Meca, son simplemente impresionantes. Y muy cerca de la capital se encuentra el Palacio de Medina Azahara, recientemente incluido en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se trata de un complejo árabe ideado como ciudad califal que cuenta con grandes salones, pavimentos de mármol y una rica decoración geométrica y floral.
Una de las imágenes más características de Sevilla es la de la Giralda, antiguo minarete de la mezquita que hoy funciona como torre de la catedral. Está inspirado en el minarete de la mezquita Koutoubia de Marrakech y cuenta con una ornamentación típicamente árabe. A ella hay que sumarle la Torre del Oro, que su función original era defensiva, y los Reales Alcázares, un palacio fortificado construido en diferentes etapas históricas. Su decoración en madera y yeso y sus mosaicos tienen un origen claramente morisco, estilo que convive con el mudéjar y el gótico, así como con elementos barrocos y renacentistas introducidos en posteriores modificaciones.
Las Alcazabas de Málaga y Almería son otros recintos de gran interés. La primera de ellas está ubicada a los pies del monte Gibralfaro y, aunque conserva menos de la mitad de su extensión, aún hoy se pueden contemplar las puertas y arcos propiamente árabes. El conjunto monumental y arqueológico almeriense es uno de los más importantes de cuantos nos dejaron los árabes en materia de arquitectura civil y militar.
Pero el legado no se limita a Andalucía. En Zaragoza se encuentra uno de los monumentos árabes más espectaculares de la Península: el Palacio de la Aljafería. Actual sede de las Cortes de Aragón, esta antigua fortaleza se presenta como un castillo cristiano en cuyo interior destaca el diseño y la ornamentación del que fuera un alcázar musulmán. Sus arcos lobulados, su mezquita y su patio lo hacen único.
En Toledo son dos las mezquitas mejor conservadas. La mezquita de Bab al-Mardum o mezquita del Cristo de la Luz refleja el esplendor del Califato de Córdoba, mientras que la recientemente restaurada mezquita de la Tonería destaca por su interior elegante e íntimo. No podemos acabar este repaso por la arquitectura árabe de España sin mencionar el Castillo de Gormaz, ubicado muy cerca de El Burgo de Osma (Soria). Su construcción data del año 956 y fue ordenada por el califa Al Hakan Al Mustansir como base para campañas militares en el norte. Destaca el doble arco de herradura de su entrada y, cómo no, las impresionantes vistas que ofrece del campo castellano.