¿Estáis preparados para conocer una de las zonas más bellas de Marruecos? Hoy os proponemos una visita al norte del país, concretamente a las ciudades de Tánger y Asilah, dos buenos destinos para visitar un fin de semana. Y es que en apenas cuatro horas llegaríamos a nuestro primer destino. El viaje desde Almería hasta Tarifa (340 kilómetros) ronda las tres horas y media, a las que hay que sumar tan solo treinta y cinco minutos de viaje en ferry desde la localidad gaditana hasta el puerto de Tánger.
Tánger
Capital de la región Tánger-Tetuán-Alhucemas, esta ciudad limita al norte con el estrecho de Gibraltar. Se trata del segundo centro industrial del país y es, además, zona de convivencia de comunidades musulmanas, judías y cristianas. A lo largo de su historia han sido muchos los artistas que han vivido en ella o la han visitado en busca de inspiración.
Su Medina es, sin lugar a dudas, uno de los puntos de interés turístico más importantes. En ella destaca el Zoco Grande, antiguo mercado rural, pues además de diversos mercados y zocos cuenta con la Mezquita de Sidi Bu Abid, el Palacio de Mendub y La Mendubia, así como Dar el baroud y Bab bhar y A -kazabah. También son de visita obligada la Gran Mezquita, ubicada en el lugar que ocupaba el antiguo capitolio romano, el Museo Forbes, el Cabo Malabata y los Museos Kasbah y Dar El Mandoub.
Paseo marítimo
Tánger puede presumir de contar con un paisaje bellísimo. Ubicado entre dos mares y dos continentes, tiene un paseo marítimo a la altura de una ciudad mágica y milenaria. Conocido como la ‘Corniche’ de Tánger o el ‘Paseo de los dos Mares’, el paseo marítimo se extiende desde la cala de Merkala, junto a la vieja montaña, hasta el cabo de Malabata, lugar en el que acaba la bahía y comienza el mar Mediterráneo, combinando zonas de bosques y acantilados con otras de fina arena. Este amplio paseo, de más de cinco kilómetros, es conocido mundialmente por su historia internacional, sus bellos paisajes, su ambiente cosmopolita y su vida nocturna.
El Cabo Espartel y las Cuevas de Hércules
El Cabo Espartel se encuentra ubicado en el extremo occidental del norte de Marruecos, a catorce kilómetros de Tánger y a cuatro de la Gruta de Hércules. Conocido en la antigüedad como Cabo Ampelusia o de las Viñas, cuenta con un faro muy sencillo ubicado en lo alto de un acantilado, en una zona de bosque mediterráneo muy frondosa y con unas vistas privilegiadas. No en vano, desde él se puede disfrutar del lugar en el que confluyen las aguas del mar Mediterráneo y las del océano Atlántico (unas de color turquesas y las otras de un azul más oscuro). Dicho faro fue construido en 1865 por el cuerpo diplomático de Tánger, y en su interior se encuentran fotografías antiguas de faros de otras partes del mundo.
Café Hafa
Uno de los lugares de visita obligada en Tánger es el café Hafa. Se encuentra en un envidiable enclave natural, con espectaculares vistas al mar. Además, en él se pueden degustar riquísimos tés al tiempo que se vislumbra el estrecho de Gibraltar y la costa española.
Asilah
Más conocida en la actualidad por su nombre francés, Assilah, esta ciudad está situada en la costa atlántica del norte marroquí, a tan solo treinta y cinco kilómetros de Tánger, lo que supone un viaje de treinta y cinco minutos en tren. Su magnífica ubicación, unida a su indudable encanto y sus mágicos atardeceres, la convierten en uno de los destinos turísticos más recurrentes dentro de Marruecos.
La tranquilidad de sus calles permite al visitante disfrutar del sonido del mar. Además, es muy parecida a los pueblos costeros de Cádiz, donde destacan las casas blancas de diseño andalusí en las que se cuela el azul añil. La original ‘linterna de Asilah’ ilumina sus calles, en las que destaca el cuidado enlosado diseñado por artistas locales. Cabe reseñar que las murallas que rodean la ciudad fueron construidas por Alfonso V de Portugal. Bab Homar o Puerta de la tierra, y Baba Bhar o Puerta del Mar son los accesos más destacados. La Mezquita Kebir, la plaza de Sidi Ali Ben Hamdush, la torre Al Kamra, la Biblioteca Prince Bandar Ben Soltane, el Palacio de Raisuno y el mirador de Assilah, ubicado sobre el cementerio musulmán y desde el que se contemplan impresionantes puestas de sol, son otros de los lugares que no puedes dejar de visitar.
Asimismo, la artesanía de Asilah llama la atención de los visitantes, que pueden ver el arte de la carpintería, la costura, los trabajos con cuero y hierro forjado, así como objetos elaborados con elementos marinos.
Tánger y Asilah, dos buenos destinos para descubrir el Magreb, uno de los lugares con más encanto de la costa norte de Marruecos.