El auténtico té moruno

“Amargo como la vida, fuerte como el amor, dulce como la muerte” es la expresión que mejor define la mezcla de sabores que experimentamos al degustar el auténtico té moruno. Aunque su origen no es tan antiguo como puede parecer, se ha convertido en un verdadero sello de la cultura marroquí. En el siglo XIX, los británicos introdujeron en el mercado marroquí su té, cultivado en su colonia de la India. No solo tuvo una excelente acogida, sino que los árabes encontraron la manera de mezclarlo con sus infusiones tradicionales de hierbabuena dándole su propio toque personal.

A día de hoy, se sigue sirviendo a los invitados como muestra de hospitalidad. Realmente popular dentro de la cocina marroquí, entre los beneficios del té moruno para la salud se hallan todas las propiedades del té verde: es tonificante, diurético y actúa como un excelente digestivo.

Su preparación es parte de un ritual con sentido, como si de una ciencia se tratara. Y es que cada uno de los pasos que dan los árabes para preparar el auténtico té moruno tiene su explicación. Pero, ¿qué hay que hacer para que preparar y consumir este brebaje se vuelva una experiencia inolvidable?

Hay que tener en cuenta desde los ingredientes hasta los utensilios y el método de elaboración. Para empezar, tenemos que tener a mano sustancias tan asequibles como té verde gunpowder, agua, hierbabuena fresca y azúcar. Pero también influyen en su preparación los utensilios de cocina. A diferencia de los accesorios empleados en otras partes del mundo como China, Inglaterra o Japón, los marroquíes usan teteras construidas en acero en lugar de porcelana. Decoradas con dibujos, relieves y labrados, estas vasijas mantienen el calor durante bastante tiempo. Los juegos de té marroquí incluyen, además, vasos de vidrio pequeños donde se sirve la infusión una vez preparada. Teniendo todo esto a punto, la elaboración comienza vertiendo un vaso y medio de agua hirviendo en una tetera moruna para quitar el frío y acabar con el sabor del metal. Después de retirar el agua y dejarla vacía, empieza lo más interesante.

Se añade una cucharada de té verde gunpowder por persona y una exclusivamente para la tetera. A continuación se incluye el agua hirviendo. Hay que esperar alrededor de 30 segundos y tirar el agua para eliminar el sabor amargo.

En el siguiente paso, volvemos a echar agua hirviendo, incluimos un buen manojo de hierbabuena y azúcar al gusto. Para hacer la mezcla, no se emplea ningún utensilio, sino que se echa el té en un vaso y se vuelve a verter en la tetera varias veces. Entonces se prueba y se verifica que los ingredientes estén al gusto.

Para servirlo, ha de estar muy caliente y echarlo en los vasos desde cierta altura, de manera que se oxigene y se potencie así su sabor.

Según la costumbre marroquí, el sabor y el aspecto del té van cambiando según se va sirviendo. Para agasajar a sus visitantes, los árabes ofrecen el té moruno de una forma singular. La primera infusión es solamente con las hojas del té, sin azúcar, muy amarga y estimulante. En la segunda se añade algo de azúcar, dándole un sabor más inspirador y acogedor, mientras que en último lugar se agrega más azúcar, obteniendo como resultado un toque cálido y sensual. Con estos trucos, servir el té moruno de forma auténtica ya no será un problema.